Muchas de las personas desvinculadas comentan el despido a amigos, familiares y conocidos nada más conocer la noticia. Está práctica, habitual en España, propicia que las personas allegadas no sepan como actuar en favor del profesional despedido. “Por ello, recomendamos que antes de lanzarse a difundir este mensaje, se reflexione, se piense y se articule un mensaje coherente para que las personas del entorno tengan claro como ayudar a buscar opciones profesionales. Además se da la circunstancia de que
se suele hablar mal de la empresa saliente por lo que los profesionales se cierran aún más sus probabilidades de recolocación ya que son pocos los que contratan a personas que hablen mal de su anterior empleador. Incluso nuestros conocidos no se arriesgan a recomendar a alguien que pueden percibir como conflictivo”, explica
Ignacio Fernández de Piérola, socio director de DBM Spain.
Actuar de forma impulsiva y los actos que sucedan entre el momento de conocer la noticia y el instante en el que se abandona definitivamente las instalaciones de la empresa pueden suponer consecuencias a medio y largo plazo. Los empleados despedidos no deben hacer nada de lo que puedan arrepentirse. No se debe buscar revancha ni desquitarse con personal que no haya tenido un buen comportamiento. Una de las cosas que el ex trabajador debe llevarse intacta es su reputación como persona profesional, y el revanchismo puede hacer que se pierdan buenas referencias. “Si la situación es asumida con madurez, la imagen que se deje en la empresa será limpia, lo que supondrá una vinculación con el personal a largo plazo, sin necesidad de que sea de tipo laboral. Nosotros recomendamos pasar la fase de duelo de la forma más anónima posible, no precipitarse, enviar un CV inmediatamente a otras empresas con un mensaje constructivo y de esperanza”, agrega Fernández de Piérola.